La rutina de la abogacía a menudo implica lidiar con conflictos intensos, dolores humanos profundos y decisiones que impactan directamente la vida de las personas. Para quienes actúan en áreas como derecho de familia, penal, laboral o derechos humanos, la carga emocional de los procesos puede ser especialmente agotadora. Según el abogado Dr. Aroldo Fernandes da Luz, cuidar la salud mental no es un lujo, sino una necesidad para ejercer la profesión de manera ética, equilibrada y duradera.
El impacto emocional de la abogacía en la práctica
Los abogados están frecuentemente expuestos a la angustia de los clientes, a la presión por resultados, a plazos extenuantes y al estrés de entornos adversariales. En casos que involucran separaciones traumáticas, abusos, pérdidas, acusaciones penales o injusticias evidentes, es natural que el profesional se involucre emocionalmente.
De acuerdo con el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, esta empatía es parte del oficio y humaniza la actuación, pero cuando no existen límites bien definidos, ese involucramiento puede transformarse en sobrecarga psíquica, provocando ansiedad, agotamiento, insomnio e incluso depresión.
Establecer límites saludables con los clientes
Uno de los pilares para preservar la salud mental en la abogacía es aprender a establecer límites emocionales y profesionales con los clientes. Esto significa escuchar con atención y respeto, pero sin asumir el dolor del otro como propio. El abogado debe ser un apoyo, no un espejo del sufrimiento.
Como explica el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, es importante mantener una comunicación clara, definir horarios de atención, evitar la sobrecarga de mensajes fuera del horario laboral y no prometer resultados que escapan al control. La relación debe basarse en la confianza y la objetividad.
Organización y gestión del tiempo
La desorganización y el cúmulo de demandas son factores que agravan el estrés en la rutina jurídica. Establecer métodos eficientes de organización, como agendas digitales, softwares jurídicos y listas de tareas, ayuda a reducir la sensación de caos y a ganar claridad en las prioridades.
Según el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, reservar horarios específicos para tareas administrativas, estudio de casos y contacto con clientes es una práctica simple pero poderosa. Permite mayor enfoque, reduce interrupciones y mejora la productividad sin sacrificar la salud mental.

Apoyo psicológico y red de soporte
Contar con acompañamiento psicológico es una estrategia eficaz y madura para lidiar con el desgaste emocional de la profesión. La terapia ayuda al abogado a desarrollar autoconocimiento, aprender a lidiar con frustraciones, cultivar la escucha sin absorber el dolor ajeno y construir resiliencia.
Además, mantener una red de apoyo con colegas de confianza, familiares y amigos también es fundamental. Compartir experiencias y desahogarse en ambientes seguros alivia tensiones y ayuda a construir estrategias colectivas de afrontamiento.
El Dr. Aroldo Fernandes da Luz refuerza que no hay ninguna debilidad en buscar ayuda profesional. Al contrario, es una actitud de responsabilidad con uno mismo y con la calidad del ejercicio profesional.
Actividades que promueven el bienestar
Cultivar hábitos saludables fuera del entorno jurídico es esencial para mantener el equilibrio mental. Prácticas como actividad física regular, lectura, alimentación equilibrada, sueño de calidad y momentos de ocio ayudan a renovar energías y fortalecer el estado emocional.
Como señala el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, reservar tiempo para uno mismo, desconectarse del trabajo y hacer pausas a lo largo del día son actitudes simples, pero que marcan una gran diferencia en la prevención del burnout.
Abogacía y propósito: encontrar sentido en lo que se hace
Otro aspecto importante para mantener la salud mental es preservar viva la conexión con el propósito de la profesión. Recordar que el trabajo jurídico puede transformar vidas, garantizar derechos y restaurar dignidades ayuda a dar sentido al esfuerzo diario, incluso en procesos emocionalmente pesados.
Según el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, el abogado que ve su labor como una misión, y no solo como una obligación, encuentra motivación para seguir adelante incluso ante los desafíos. Y esa motivación es un antídoto poderoso contra el desánimo y el desgaste mental.
Conclusión: cuidarse para cuidar a los demás
La abogacía exige preparación técnica, valentía y empatía. Pero ninguna de estas cualidades será sostenible si el profesional descuida su propia salud emocional. Mantener el equilibrio, buscar apoyo y reconocer los propios límites son actitudes fundamentales para una carrera sana y duradera.
Como destaca el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, cuidar la mente también es un acto de responsabilidad profesional. Al fin y al cabo, solo es posible ofrecer apoyo real y ético al otro cuando uno está completo —física, mental y emocionalmente. La salud mental del abogado debe ser una prioridad, no solo por su bienestar, sino por el bien de la justicia en su conjunto.
Autor: Elina Morozova